CREEMOS

1
Supremacía de
las Sagradas Escrituras
por encima de toda tradición
religiosa o eclesiástica.
La Biblia es la única palabra
inspirada por Dios,
inerrante e infalible;
única fuente de doctrina
y autoridad.
2 Timoteo 3:16-17

4
La completa depravación
del ser humano.
El hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios, con un alma inmortal,
y que por causa de su pecado,
vino a estar totalmente separado de Dios.
El hombre no puede, por sí mismo, restaurar su comunión con Dios.
Requiere de Jesucristo para
el perdón de sus pecados.
Génesis 1:27; Génesis 3; Romanos 3:23

2
La existencia eterna del único Dios verdadero en tres personas:
Padre, Hijo y Espíritu Santo,
iguales en poder, honor,
gloria y autoridad.
Sólo a Dios adoramos,
sólo a El damos toda la alabanza,
la gloria y el honor,
sólo a El rendimos culto,
y sólo a El nos dirigimos en oración.
Mateo 3:16-17; Isaías 61:1

3
La Suprema Majestad
de Jesucristo.
El es Verdadero Dios y Verdadero Hombre,
quien murió en sacrificio por el pecado.
El fue crucificado en lugar,
en representación y a beneficio
de todos los pecadores.
El es el único Salvador
que quita el pecado del mundo
y exclusivo camino para llegar a Dios Padre.
Juan 14: 6-7; Juan 3.16; Juan 10:30

5
La absoluta necesidad de la conversión
como condición indispensable para el discipulado cristiano: es un encuentro
directo y personal con Dios, el cual es efectuado por la iniciativa de Dios mismo.
La salvación es un don de la gracia de Dios que se recibe por medio de la fe
en Jesucristo y requiere un genuino arrepentimiento de parte del pecador.
Dios justifica al hombre sólo por los méritos de Jesucristo. Creemos que somos declarados justos sólo por la fe en Cristo, sin ningún mérito de nuestra parte.
Se expresa por medio del nuevo nacimiento.
El creyente recibe la vida de Jesucristo que le da una nueva mente
y un nuevo corazón respecto a Dios (amor) y el pecado (aborrecimiento).
Efesios 2:8; Romanos 5:12

6
El sacerdocio universal
de todos los creyentes.
Todo creyente que ha
nacido de nuevo
tiene acceso directo
a Dios Padre por
medio de Jesucristo
y él mismo es templo
del Espíritu Santo.
Somos real sacerdocio santo
para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios
por medio de Jesucristo.
1 Pedro 2:9

7
La vitalidad de la Iglesia.
Creemos en la Iglesia, cuya cabeza
es Cristo, formada por todos los que
sinceramente creen en Jesucristo como
único y suficiente Señor y Salvador.
Participar de la iglesia local
a la que Dios nos ha unido
es fundamental para crecer en
la fe y el conocimiento de Jesucristo
(madurez espiritual). Todo creyente debe ser
un discípulo de Jesucristo.
La verdadera Iglesia es la comunidad
viva de creyentes que siguen
a Jesucristo como sus discípulos.
Col. 1:18-23

8
La Soberanía del Espíritu Santo sobre la Iglesia,
la cual se ejerce
a través de la variedad
de dones carismáticos,
ministerios
y operaciones.
El bautismo del Espíritu Santo
como fuente de poder
para dar testimonio
y proclamar el Evangelio
como lo hacía
la iglesia primitiva.
1 Co. 13:4-6; Efesios 4:11; Romanos 12:5-8

9
La prioridad del evangelismo
como tarea
de todos los creyentes.
Entendemos la proclamación
del Evangelio
como una expresión
de la adoración a Dios.
Marcos 16:15; Mateo 28:16

10
La esperanza bienaventurada de la Iglesia.
Jesucristo vendrá
por segunda vez,
en forma visible (corporal), a juzgar
a los vivos y a los muertos y a establecer
el reino de Dios sobre esta tierra.
Antes él llamará a su iglesia a ascender con
él a los cielos para recibir recompensa
por su fidelidad al Evangelio.
1 Tes. 4:13; Apoc. 22:7; Mateo 24:30

11
El destino eterno del hombre.
Creemos que los
creyentes en Jesucristo
tendrán vida eterna
en el cielo, y que los no
creyentes irán a
la condenación eterna
en el infierno.
Juan 11:25; Mateo 25:31-46